domingo, 28 de octubre de 2007

Fuiste víctima de un presentimiento. Fue tu excusa para echarme un ojo, y tuve miedo.
No a la ausencia, nunca al abandono.
Me aterroriza tu silencio, mientras miras inquieto a través del rabillo de la puerta.
Soy un saco de tormentos,
sin vida más allá de esta prisión que muchos confunden con intimidad, en la que existimos solos, cada uno luchando con sus propios muertos.

Hay un hoyo en la pared del cuarto y tengo miedo.
A tu mirada astuta, vigilante, siempre extraña como la de un lobo. Me asustas mucho.
Sobrevives al derrumbe del amor y hasta a la muerte…
¿Será eso cierto? Estaré loca entonces cuando te encuentro siempre
en sueños, en el supermercado, en una edición vieja del periódico, en los carros a mi lado cuando espero en los semáforos.
Estaré loca cuando te escucho en mi conciencia y me espantas las ganas de seguir…

Me asustas mucho.
No es posible, me reclamo, que en la eternidad sigas presente
y que las dudas me persigan como el tacto de tus manos mientras duermo.

Tengo miedo a que veas lo que soy, a que descubras lo que nunca he sido. Al pasar del tiempo.

El terror se apodera del presente.
Del futuro que no compartiré contigo.
Del pasado que no se agota y de tu mirada, siempre, ahí, acusadora.

Por favor suelta los hilos, permite que mi cuerpo golpee el fondo, que golpee duro.
Pero nunca dejes de mirarme a la distancia, en las calles, en los parques, dentro del alma de los vivos.
Asústame, si quieres. Prometo desvestir mis miedos cada que sienta esos ojos fijos observando por el hoyo de la puerta.

viernes, 12 de octubre de 2007

He trabajado 8 días seguidos sin descansar, y los que me faltan... Ya el café no me hace nada, mi aspecto personal y mis ojeras dejan mucho qué desear, y mi nivel de estrés ha subido en un 200%. Súmenle que para bajarlo le he debido dar un uso prolongado a las bebidas alcohólicas en las pocas horas que me quedan libres, y hoy aquí, estoy escribiendo directamente al blog como nunca lo hago.
Desde un cubículo triste y cansado, como yo, les mando un saludo.

sábado, 22 de septiembre de 2007

Pesadilla en Monterrey

Para los interesados en asistir a los eventos del dichoso Fórum de una vez les digo que ya todo está agotado. El fraude de hacer este evento internacional ha creado una locura colectiva en una ciudad que sólo presume de cosmopolita, pero que en realidad no está preparada para organizar semejante borlote, ni mucho menos, de recibir a turistas que no saben decir ni "fundidora" en español.
Monterrey -con todo y que tengo muy buenos amigos allá y que no soy nadie para criticarla siendo de Saltillo- es una ciudad con dinero pero con el espíritu palurdo del mexicano. Les gusta echar la casa por la ventana pero sin saber ni porqué ni para qué hacen las cosas. Son los organizadores predilectos de un mega guateque de quinceaños.
Y así es, el Fórum con todo y su Paseo Santa Lucía (que ya lo quiero ver en unos meses) es un claro ejemplo de malgastar el dinero para quedar como los mexican mejor parados. Espero, en realidad, que les vaya bien en este asunto y que por lo menos la inversión sirva para disfrutar, a futuro, los nuevos espacios creados para la ocasión.
Aciertos tienen, por supuesto (si no entonces qué desperdicio). Uno de ellos es la expo en Marco de Julio Galán. Si les gusta el arte provocador y valemadrista, pero con dominio de técnica (habló la pseudo crítica de arte que llevo dentro, jeje) entonces no se la pierdan. Mucho mejor que Frida Kahlo, que la pobre como pintora no daba ni un brochazo acertado. Que si los comparan los críticos... válgame, con buena razón Galán se quejaba. Y aunque los dos estaban bien pirados, su lado artístico surgió como si fueran polos opuestos. Galán era un artista nato con problemas emocionales, que reflejó sus frustraciones y miedos a través del arte. Kahlo, por el contrario, sufrió primero y eso la convirtió en pintora (¿qué más podía hacer con tanto tiempo libre y enyesada hasta la cintura?).
Total que la verdad, si se dan una vuelta por Monterrey, vale la pena visitar estas exposiciones, y si lo que quieren es sacar a relucir el cobre un rato, el lago al estilo Xochimilco con toques burlescos venecianos (chido ver una combinación de góndolas con trajineras) es una gran opción, por lo menos para creer que en el mundo no falta agua ya que los regios la siguen desperdiciando.

viernes, 14 de septiembre de 2007

Del Búfalo de la noche, sólo una palabra: basura.

viernes, 17 de agosto de 2007

La maldición imperdonable

Para escribir el final de Harry Potter J.K Rowling debió pedir asesoría a Rosy Ocampo, El Güero Castro o mínimo a Juan Osorio...
Tanto trabajo, tantos años de adversidad y tanto tiempo dedicado a crear una historia de fantasía que parecía llegar a la inmortalidad dentro de ese género, fueron despedazados por un impulso poco más que melo-romántico de la autora.
La superó su amor por el personaje y su visión de un mundo feliz que va más allá de lo que la narrativa debe permitir. Hasta los productores de telenovelas saben que un besuqueo frente al altar y un 'vivieron felices para siempre' es el cierre más adecuado para una historia de amor, y no un "Angélica Vale y Jaime Camil, 20 años después".
Es verdad que como lectores o espectadores siempre queremos más, pero la verdadera magia de la narrativa ¡todo el mundo lo sabe menos J.K. Rowling! es terminar ofreciendo las respuestas y dejándole al lector las armas para crear su propia historia y para sacar sus propias conclusiones.
Rowling quiso que todos los lectores de Harry Potter supiéramos cómo termina la historia en su propia cabeza, y no sólo cómo termina en el sentido literario, el único al que debió darle importancia.
El libro es bueno, en términos generales. Las muertes que tanto escandalizaron no fueron más que un truco publicitario, que al final ni siquiera conmueve. Los misterios fueron resueltos, aunque me parece que quedan algunos cabos sueltos. El final, hasta donde termina el último capítulo, puede ser el adecuado. Un niño, estoy segura, va a disfrutar el mensaje: el bien le gana al mal, que es el propósito principal en este tipo de historias.
Es como muchas otras novelas de corte fantástico. La trama funciona porque es predecible pero a la vez hay misterios, mitología, humor y sorpresas al final de cada libro. El empeño que le prestó la autora a los detalles sobre un mundo mágico es digno de reconocimiento. Es una novela sin ambiciones psicológicas y sin pretensiones lingüísticas, lo que la convierte en una muy buena historia para niños y adultos que sólo buscan diversión, con el agregado de conocer ciertos pasajes históricos o mitológicos de la fantasía.
Y como a mí nadie me lo advirtió, intentaré salvar a algún inocente que esté leyendo el último libro o lo vaya a hacer. Bien dicen que nadie escarmienta en cabeza ajena y estoy segura que va a poder más la curiosidad, pero por favor: ¡NO LEAN EL EPÍLOGO!, la última maldición imperdonable de Rowling. Si lo hacen, como yo, se llevarán una gran decepción.
(Para los que me criticaron por leer Harry Potter éste es el momento de decir: "¡Te lo dije!")

lunes, 13 de agosto de 2007

Las razones de mi ausencia

¿Quién diría que todas las mañanas libres y varias horas por las noches, más dos días de descanso a la semana, no me alcanzarían para nada? Sólo debo cumplir con un trabajo fijo, una tesis maléfica que le estoy elaborando a un egresado de la Normal, una novela de amor medio ridícula que mientras más la escribo menos le avanzo, la lectura del séptimo libro de Harry Potter y unas cuantas amistades bohemias imposibles de rechazar.
El tiempo ya no me alcanza ni para decir mentiras en este blog o ponerme obsesivamente romántica. Por lo pronto, explico el porqué de mi ausencia tanto tiempo de este sitio al que por lo menos debería subir fotografías (no sé cómo) o poemas de Sabines, mínimo para que no se vea tan abandonado.
Por lo pronto, tengo que seguir trabajando en eso de la editada de notas de espectáculos (Niurka fue a la fiesta del hijo de la Trevi, es lo último). Lo de la tesis, para alguno que otro de mis amigos lectores que saben a lo que me refiero y a los que he debido rechazar sus invitaciones, les comento que ya va mejor, casi termino. ¿Por qué acepté involucrarme en semejante ilegalidad? Pues por la necesidad económica que cada día me hace ver más ambiciosa, jeje.
Pero en realidad mi verdadera perdición en estos días, que no debería reconocer en el mundo cibernético donde abundan los fantoches que se creen muy intelectuales y que sólo leen de Joyce para arriba y nada más ven cine de arte (total, mi blog casi nadie lo lee) es la apasionada lectura del último libro de Harry Potter. Estoy a pocas páginas de terminarlo y ya derramé unas cuantas lagrimillas con algunos capítulos. A los que también les gusta -y miren que he conocido a gente respetable que ni se imaginan que le agrada Harry Potter- podemos entablar una buena conversación con respecto a ello. A los que no son víctimas de la pottermanía, les ofrezco la grandiosa oportunidad de criticarme cuanto quieran, la verdad es que no me importa.
Y ahora sí no me pierdo, lo prometo.

sábado, 30 de junio de 2007

Miradas que lo dicen todo

Dicen que la sociedad no encuentra formas de entendimiento civilizadas y que los seres humanos nos dejamos llevar por pasiones, odios o ambiciones antes que intentar negociar con nuestro prójimo. Yo creo que de alguna manera extraña y surrealista existen momentos que lo resuelven todo. Hablo de un entendimiento más allá de lo esperado y de lo razonable. Un momento de pacto visual que saca a flote la verdad, aún y cuando las palabras expresen lo contrario. "Nos vemos pronto..." puede ser una frase que se digan dos personas con una historia inconclusa, pero con una sola mirada, los conocidos se despiden, intuyen -o más bien tienen la certeza- que ninguno buscará otra nueva oportunidad de reanudar una relación desgastada.
La guerra, estoy segura, se ha declarado entre países con sólo una mirada. Los diplomáticos dicen "estamos negociando", pero entre ellos el contacto visual pone fecha al inicio del conflicto. "Así es el business hermano, a darnos con todo...", entienden los dos entre miradas resignadas.
Con muchas personas he logrado realizar pactos visuales. Amigos que dejaré de ver por un tiempo, relaciones terminadas, rechazos amorosos, conflictos en el trabajo... Con una sola mira sabe, quien me conoce, si alguna vez he sentido por él o por ella un cariño sincero. Lo mismo lo sabe quien me hizo daño o a quien ya no le confío nada. Las miradas son mágicas, crean además un lenguaje del alma que ni con diccionarios o academias es posible descifrar. Ni el hombre más terco, loco o aferrado escapa de entender que algo o alguien no es para él si se le mira fijamente.
Importantes, dolorosas, hermosas, resignadas, cariñosas, simpáticas, retadoras, conmovedoras y tristes miradas he pactado con muchos seres que de alguna manera han definido el rumbo de vida. A todo ellos, gracias.