domingo, 4 de marzo de 2007

El reto de aceptar a los demás

Mahatma Gandhi promovió siempre el respeto entre los seres humanos y la tolerancia a las creencias de los demás: “Puesto que soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio”.
Otros políticos, pensadores o filósofos han señalado también que la diversidad de pensamientos merece ser aceptada por la humanidad. El propio Benito Juárez lo dejó muy claro en una máxima que se aplica en cualquier aspecto de la vida: “El respeto al derecho ajeno es la paz”.
La realidad, desgraciadamente, dista mucho de ver cumplidas estas buenas intenciones. Cada cabeza es un mundo y como tal, cada mundo defenderá su verdad como única. Las personas van logrando, con el paso de los años y las experiencias, hacerse de una identidad que las diferencie de los demás. Van delimitando sus preferencias, sus necesidades y su forma de satisfacerlas. Deciden en qué creer, en quién confiar, en qué trabajar, a quién amar. Eligen a sus amistades, adoptan ciertas costumbres y circulan por la vida anunciando que lo saben todo, o por lo menos, todo lo que las define como seres individuales. Admiro a esta gente, lo reconozco, porque es preferible saber lo que no quieres en la vida, aunque no sepas todavía hasta dónde buscas llegar. Pero, ¿qué pasa cuando estas personas quedan atrapadas en el egocentrismo y consideran que sólo su manera de pensar, de creer y de sentir es la correcta? ¿qué sucede cuando todos, alguna vez, en nuestro afán por defender lo que elegimos (que para nosotros es lo único correcto) juzgamos y pisoteamos las ideas o sentimientos de los demás?
Las corrientes ideológicas que no respetan ni consideran otros puntos de vista son las que tienen al mundo sumido en una constante guerra de identidades. Países grandes y chicos han visto morir a sus habitantes porque no aceptan la diversidad de religiones; políticos cegados por el poder creen que pueden -y merecen- controlar al mundo y a cuanto ser humano se encuentre en él.
Pero hay casos más específicos y cercanos a cualquier mortal, que se dan en un mismo trabajo, con un mismo grupo de amigos o en la familia, donde es cansado lidiar con las ideas “correctas” de los demás. Resulta desgastante que la gente siempre busque un motivo -una elección de mal gusto, un comentario “políticamente incorrecto”, una acción fuera de lugar o una decisión errónea- para desacreditar a alguien, como si estuviera esperando el momento preciso para señalar que esa persona no es digna del aprecio de los demás.
¡Vivan y dejen vivir, señores! No hay nada mejor que disfrutar la infinita cantidad de opiniones y formas de pensar de los seres humanos. Hay que aceptar a cada individuo, si deseamos su presencia en nuestra vida, sin juzgarlo ni intentar hacerlo cambiar. Y si saben que les será difícil convivir con alguien que posee ideales muy diferentes a los suyos, respétenlo, y con una sonrisa, aléjense sin hacer ningún daño.

4 comentarios:

AlexDLR dijo...

Yo por eso mismo te acepto y te quiero tal y como eres...

El Zanto dijo...

Asi se habla chingao!

Anónimo dijo...

Yo siempre voy en busca de la verdad desnuda... pero si bien me va, me la encuentro en topless!!!

Anónimo dijo...

CADA CABEZA ES UN MUNDO Y LA MIA VA DE DISTINTOS COLORES POR ESTA VIDA..ABSORBIENDO CADA UNA KE SE ME ACERCA Y TRATANDO DE AMOLDARME Y KE SE AMOLDEN PARA FELICIDAD DEL KE LLEGA ,DEL KE SE VA Y DE MI MISMA.NO SOY KIEN PARA JUZGAR NI SEÑALAR,NO SOY KIEN PARA TIRAR PIEDRA TENIENDO EL TECHO DE CRISTAL.TE ACEPTO TAL COMO ERES YA KE TU ME ACEPTAS COMO SOY.ME DISFRUTO TUS ALEGRIAS Y ME SUFRO LO KE TA HACE LLORAR..SIEMPRE CON UN CAFECITO CLARO..AUNKE A VECES HAYA KE DARSE UN SHOCK PARA ZARANDEAR LOS SENTIDOS.NO SOMOS PERFECTOS Y NO SON PERFECTOS ASI KE
VAMOS TODOS A GOZARNOS Y PRENDER DE CADA CUAL.BESITOS A TODOS

MAFALDA