sábado, 20 de enero de 2007

La sonrisa de Moreira

Nada más grato que llegar de una estresante ciudad como Monterrey al dulce y tranquilo hogar en Saltillo, y qué mejor, si desde el límite donde inicia Coahuila te recibe, inmensa y a todo color, la sonrisa bondadosa de nuestro gobernador Humberto Moreira. ¡Qué alivio sentí cuando vi su cara amable invitándome a entrar a la tierra de las oportunidades (y ahora también de los puentes)! Hasta comencé a conducir con mayor regocijo. Pero la imagen del "profe" se iba diluyendo en mi mente... Sin embargo, de nueva cuenta el señor gobernador pensó en todo, principalmente en nosotros, los pobres viajantes desamparados que necesitamos sentirlo cerca en cada kilómetro de la carretera. Así que unos metros después regresó -aún más grande-, la cara de Moreira en otro asombroso anuncio publicitario. Éste además tenía la noble tarea de informarme sobre los logros de la administración del "gobierno de la gente". Que si compraron pizarrones en una escuela o si abrió un nuevo Seven Eleven en la ciudad... ¡grandes noticias que hay que dar a conocer, de forma "espectacular" literalmente, a todos los que lleguen a tierra saltillense! Desde ahí la carretera fue como un sueño surrealista, parecía yo Dorothy trotando feliz por el camino amarillo. Cada pocos metros encontraba emocionada otra vez a mi gobernador Humberto Moreira. Siete veces sólo en la entrada a Saltillo. Siete veces me topé con un enorme e ilustrativo anuncio publicitario de nuestro dirigente estatal, con una sonrisa digna de Colgate. Me daban ganas de platicar con él al verlo tan cerca y tan accesible. Señor gobernador, no haga caso a esos insistentes periodistas que sólo quieren perjudicarlo, no les siga su juego, digo, su supuesta investigación. Usted y su tío, mientras construyan fuertes y atinados puentes en la entidad, no necesitan de licitaciones. ¿Para qué requiere esa empresa constructora otros contratos en la República, si con los que tiene firmados con el gobierno de Coahuila por más de 50 millones de pesos se dará a basto por algunos años?. Tampoco se preocupe por la inconformidad de la ciudadanía por los 26 millones de pesos desembolsados para darles su debido bono a los maestros, y mucho menos -porque esas son cuestiones diminutas- se mortifique con las constantes quejas de la población que día a día se ve afectada por la mala planeación de vías alternas en sus obras monumentales: los inmensos y prioritarios puentes que se están construyendo ¡a toda velocidad! en la salida a Monterrey. La corrupción en éste y en otros sectores, el bajo nivel educativo en el que se ha registrado a Coahuila y demás problemáticas estatales no deberían quitarle el sueño, pues por lo menos, su sonrisa acompaña día a día a los saltillenses. Pero claro que con ofrecernos su rostro en cada esquina y en tamaños descomunales, lo único que quiere es obtener nuestra confianza. Dejarnos ver que con esa sonrisa no puede ser mas que un amigo o un padre para nosotros. Porque seguramente, pensará, eso fue lo que le faltó a Enrique Martínez en su lucha por la Presidencia, haber intentado hipnotizar a los viajantes con su rostro angelical, y eso usted, aunque con nuestro dinero, ha sabido hacerlo muy bien por todo Coahuila.

1 comentario:

Unknown dijo...

hola laura!
hoy andaba por aquí en la red visitando tu blog y me parecio muy bueno tu punto de vista acerca de moreira. jajaja sigue escribiendo, porque lo haces muy bien

saludos!!

edgar reyes